¡Uy como me gusta esta frase!
Cuando dejamos de hacer algo porque creemos que no tenemos la técnica adecuada o perfecta es el autoboicot al poder. Es entregarle al perfeccionismo la autoridad de cómo llevar adelante nuestra vida. Es rendirnos ante la posibilidad de equivocarnos y aprender de nuestros errores. Es ponernos en segundo plano.
En el momento que hacemos algo con amor, nos dejamos llevar por lo que sea que tenga que pasar. Amor hacia nosotros mismos, por atrevernos a hacer algo por pequeño que parezca. Amor hacia la actividad, dando lo mejor siempre. Amor hacia los demás que recibirán nuestros dones compartidos.
No importa si es una comida, una charla o una caminata. Dibujar o tocar un instrumento. Comencemos desde el amor y la técnica al ser aprendida nos va a seguir.
Amo a Gaudí. La primera vez entré La Sagrada Familia quedé fascinada como en un sueño de luces y sombras. No me canso de ver sus edificios llenos de detalles. Su capacidad de gestar una obra mucho mas grande que su propia vida sabiendo que no la iba a ver terminada, me emociona.
Ni que hablar de que es parte del ADN de una de mis ciudades favoritas, Barcelona.
En estos días estoy terminando de corregir el libro que comencé hace exactamente un año atrás. El motor para empezar a escribir fue justamente el amor por compartir mi camino con ustedes.
Falta muy poco para que tengan novedades y puedan ver de que se trata.¡Muero de ganas de contarles!